San Blas es un paraíso de piedra y casas coloniales que envuelven de una atmósfera mística a sus visitantes.
Ubicado a tan solo 4 cuadras de la Plaza de Armas de Cusco, el barrio de San Blas o Barrio de los artesanos, como antiguamente se conocía, es un lugar mágico para visitarlo caminando. Desde la Plaza de Armas, se pasa por la Calle Hatun Rumiyoq (donde está la famosa piedra de los 12 ángulos) y se arriba a la cuesta de San Blas; desde aquí, se distinguen las calles estrechas, las casas con fachadas de piedra y la armonía de los cafés, restaurantes y bares de este barrio encantador.
San Blas es el refugio de bohemios, artistas, músicos y extranjeros que se rindieron ante este lugar mítico y lo hicieron su hogar. Alberga pequeños y acogedores bares y restaurantes, donde podrás disfrutar de buena música, deleitarte con platos locales y beber unas cervezas. El mirador de San Blas es altamente recomendable.
“Se recomienda visitar el barrio de San Blas a partir de las 6:00 p.m. para disfrutar de la iluminación”
En la plaza de San Blas se encuentra el Taller Museo de la familia Mendívil, una de las primeras familias de artesanos del Cusco. También están las tiendas de otras reconocidas familias de artesanos como los Olave, los Mérida, están los talleres de Aguayo, Aguilar, Álvarez, Segovia, Saloma, Gutiérrez, entre otros.
Templo de San Blas
Es un hermoso templo construido en 1650 por el virrey Francisco de Toledo. Lo más resaltante del templo es una importante colección de pinturas coloniales, el altar mayor y el famoso púlpito barroco hecho de una sola pieza de madera de cedro, considerado el más bello ejemplo de la talla de madera hecha en la América colonial. Esta obra data del último tercio del s. XVII y se le atribuye a Juan Tomás Tuyru Tupac.
Todo aquel que visite el Cusco, debe introducirse en el corazón del centro histórico. San Blas es un paraíso hecho de piedra y casas coloniales atrapadas en el tiempo que envolverán de una atmósfera mítica a sus visitantes.