Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha querido volar y el parapente es una de las formas más seguras para experimentar lo que las aves sienten en sus recorridos aéreos.
Lima tiene uno de los mejores escenarios para la práctica del parapente. Son unos 10 kilómetros de malecón que miran al océano Pacífico y un viento, que, por su dirección y velocidad, choca con ese acantilado generando corrientes ascendentes de aire ideales para volar. Si a todo ello unimos las vistas de las playas, los puertos, las islas y los jardines que se contemplan desde el aire, el parapente se convierte en una de las mejores experiencias para descubrir una Lima a vista de pájaro.