Descubre las tres experiencias que ningún viajero debe perderse en su paso por la Ciudad Blanca.
LA COMIDA
Haz un viaje por sus sabores, sus recetas arcaicas y sus porciones generosas. Visita sus picanterías, lugares de culto a la gastronomía characata donde se comparte mesa con otros comensales, se bebe chicha de guiñapo y se sirven platos típicos como el rocoto relleno, el picante de camarones, el costillar y los caldos que varían cada día.
Una treintena está registrada en la Sociedad Picantera de Arequipa pero las más destacadas en la ciudad son La Lucila, La Capitana, La Cau Cau, La Benita y La Nueva Palomino.
EL SILLAR
La piedra volcánica que le otorgó el título de Ciudad Blanca a esta tierra sureña todavía se luce en las fachadas de barrios tradicionales como Yanahuara y en algunas construcciones del Centro Histórico.
De este material tallado está hecha la Catedral arequipeña, que resguarda 400 años de historia y piezas religiosas que se pueden ver en recorridos guiados que te llevan hasta el campanario. También de sillar es el Monasterio de Santa Catalina, un tesoro de 5.000 metros de terreno con calles, patios y habitaciones de techos abovedados que habitaron monjas de claustro desde 1540.
EL VALLE DEL COLCA
El reino del cóndor es el cañón que alcanza una profundidad de 4.160 metros y está ubicado al final de un valle de pueblos pintorescos. Es posible ver su majestuoso vuelo muy temprano, desde los miradores Cruz del Cóndor y el de Tapay aunque por la carretera también pueden sorprenderte.
A lo largo del Valle del Colca encuentras paisajes naturales increíbles, aguas termales y hermosos poblados que mantienen su cultura viva. Casas donde se acoge a los viajeros que buscan experiencias vivenciales, pequeños mercados repletos de artesanía y rutas de trekking dirigidas por guías locales que pueden ir acompañados de llamas.